domingo, 15 de mayo de 2011

LA LEY DE LA ACELERACIÓN


Las modas generan tal vez ganancias en el corto plazo, pero no permiten que se desarrolle algo estable en la empresa y finalmente suelen arrastrar a las empresas a un shock financiero.
Una novedad es una ola en el océano y la tendencia es la marea. Una novedad tiene mucho de bombo y una tendencia muy poco. Una novedad puede ser rentable a corto plazo, pero no beneficia a la empresa, ya que sus efectos duran poco tiempo.
Es un error muy grave confundir una novedad con una tendencia, puesto que esto hace a la empresa emplear muchos recursos en un período de tiempo muy corto, cuya recuperación de los mismos queda en peligro. Cuando desaparece la novedad, la empresa puede verse en un shock financiero profundo.
Un “truco” para sacar más jugo a una novedad es amortiguándola, ya que conseguimos alargarla más y convertirla en algo más parecido a una tendencia.
Por ejemplo, los artistas de más éxito son los que controlan sus apariciones. No se sobre venden. No están en todos lados. No agotan a sus admiradores.
Elvis Presley restringió su número de actuaciones y discos. ¿Cuál fue el resultado? Cada aparición de Elvis era todo un acontecimiento de un impacto enorme (lo bueno siempre se hace esperar).

Las novedades son muy visibles, pero suben y bajan muy deprisa. Sin embargo, las tendencias son poco visibles, pero muy poderosas a largo plazo.
Tampoco hay que confundir las modas, ya que estas son novedades que se repiten.
Una manera de mantener una demanda a largo plazo para su producto es no satisfacer jamás del todo la demanda.
Pero lo mejor, lo más rentable en marketing es montarse en una tendencia a largo plazo.

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